Monkey Shines


La razón por la que esta película se llama Monkey Shines, aún es desconocida (al menos por mí) incluso cuando la novela lleva el mismo nombre. En México para variar le pusieron «Atracción Diabólica» igual que a otras tantas películas de terror, supongo que la traducción del titulo original habría sonado mucho más ridículo.

Allan Mann es un joven universitario, deportista y galán que acostumbra correr por el vecindario cada mañana después de levantarse. Su rutina de ejercicio terminará en una tragedia cuando un camión lo golpea mandándolo directo a urgencias. Tras una cirugía de columna y meses de recuperación, Allan vuelve a casa paralizado del cuello para abajo en una tecnológica silla de ruedas. Durante su fiesta de bienvenida, Allan se da cuenta de que su vida no volverá a ser la misma conforme siente el rechazo de sus conocidos, relativos y hasta su propia novia.

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Por otro lado Geoffrey, es un viejo amigo de Allan que trabaja en un laboratorio donde lleva a cabo extraños experimentos; toma células cerebrales humanas y las inyecta en monos para determinar si los hacen más inteligentes. El experimento parece no funcionar del todo bien, con excepción de una simpática changuita que muestra progreso «Ella» la cual más adelante se convertirá en la inseparable amiga de Allan con ayuda de Geoffrey y Melanie, una entrenadora de monos para asistencia de personas incapacitadas.

Allan y Ella pasan momentos muy gratos hasta que su relación empieza a tornarse extraña, pues Allan asegura tener una especie de vínculo telepático con la monita. Un vínculo que podría traer consecuencias terribles para todas aquellas personas que le abandonaron cuando más los necesitaba. Toda la frustración y el enojo acumulados tendrán una inseperada salida por una inesparada vía.

Bueno, los que ya la hayan visto sabrán las consecuencias y los que no, se pueden imaginar que pasará con «Ella» la desquiciada changuita que hace de Monkey Shines una de las películas de suspenso más eficaces y originales que se hayan filmado en la década de los ochenta.

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La dirección corre a cargo del chingón George A. Romero, recordado por clásicos como Night of the Living Dead, Martin, Creepshow, Dawn of the Dead, Day of the Dead y por supuesto esta película tan parodiada donde hace un muy buen trabajo al crear circunstancias en verdad desesperantes. Digo, el protagonista se la pasa tooooda la película en silla de ruedas sin poder tomar acción alguna o siquiera moverse para salvar su pellejo, de hecho es un caso curioso pues es una cinta que no da miedo (sólo a las personas que le tengan fobia a los monos capuchinos) sin embargo, el suspenso es algo primordial que se puede lograr con pocos elementos como en el caso de un mono, pequeño, ágil, escurridizo, agresivo, en fin, no quiero dar adelantos a la trama pero bueno es obvio quien es el villano en esta película.

Pocos personajes intervienen en Monkey Shines, la razón de esto es que podamos profundizar en cada uno de ellos y conocerlos un poco mejor. Por ejemplo está la terrible madre de Allan, compulsiva, obsesiva, celosa, dramática, una señora muy tradicional que quiere ayudar a su hijo mientras invade su privacidad y sólo le trae problemas (psicológicamente hablando). También tenemos a Geoffrey que nos recuerda a Herbert West, un científico obsesionado con su trabajo, tanto que ha perdido la razón y está dispuesto a hacer cualquier cosa para probar que aún la conserva.
Melanie es la entrenadora de monos con aspecto hippie, una chica campirana y simpática que hace sentir a Allan más «normal» por así decirlo, le da una sensación de alivio en cuanto a su condición.

Los efectos especiales son importantes aquí, y están a cargo de Tom Savini, uno de los fieles ayudantes de Romero, el cual creó algunas de las escenas más creíbles y al mismo tiempo inimaginables (si la llegan a ver entenderán a lo que me refiero). Los monos que se usaron SÍ eran monos entrenados que ayudaban a personas parapléjicas o con otro tipo de discapacidad física.

Hay escenas donde cualquiera podría decir «WOW ¡Quiero un mono mayordomo que me ayude a limpiar la casa!» por más extraordinario que pueda sonar, creo que el programa es muy famoso en Estados Unidos y lleva muchos años ejerciéndose. Nunca me he enterado de algún accidente provocado por estos peludos ayudantes pero seguro debe haber alguna excepción, después de todo un animal nunca pierde su instinto como se ve en Monkey Shines, una película sobre instinto, sobre aquel trilladísimo «lado animal» que nos lleva a cometer cosas terribles que a final de cuentas un animal es incapaz de cometer, ¿irónico no? ¿El animal condiciona al hombre o el hombre al animal? La respuesta está en 113 minutos de suspenso, desesperación, buenas actuaciones y monos asesinos.
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Sólo para homenajear, quiero recalcar a la hermosísima «Ella» que tiene tanta  personalidad como cualquier otro actor humano (o tal vez más).

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